Autor: Mariana Quintero, IT Evangelist para ManageEngine
En la actualidad muchos estamos usando IA generativa incluso de manera involuntaria: muchas de las aplicaciones que tenemos en nuestros móviles ya cuentan con tecnología de este tipo. ¿Cuáles son sus principales riesgos?
Desde la llegada de la inteligencia artificial nos hemos sentido como niños con un juguete nuevo, pero aunque parezca divertido, nadie nos ha dicho que deberíamos ponernos un casco antes de jugar. La IA generativa llegó con un gran atractivo para millones de usuarios y actualmente es usada para tareas tan sencillas como resumir un texto, pero al mismo tiempo es capaz de extender las tomas de toda una película sin dejar rastro del formato anterior.
Todas las asombrosas características de la IA generativa pueden ser un arma de doble filo. Una sencilla solicitud a esta tecnología puede desencadenar una amenaza para la privacidad y la seguridad del usuario. Y aunque algunos abogan por un uso transparente, es fundamental analizar cómo la falta de control sobre la información personal en línea puede sorprender incluso a los más precavidos defensores de esta tecnología.
A continuación, se presentan cuatro riesgos concretos que afectan directamente la privacidad al emplear la IA generativa.
Sus finanzas en las manos de cualquiera
Aunque suene muy tentador pedirle a ChatGPT una ayuda con los rendimientos financieros trimestrales de su compañía, o alguna solicitud que incluya sus datos bancarios, estos fragmentos de información hallan un mejor refugio fuera del alcance de los motores generativos de la inteligencia artificial.
Tal decisión se respalda en diversas consideraciones, y entre ellas sobresale el hecho, admitido por Microsoft, de que ciertas interacciones con estas herramientas de IA son intervenidas por ojos de expertos humanos para comprobar que no haya elementos inapropiados.
Ahórrese conocer a su versión en caricatura
La IA generativa también es capaz de renderizar su rostro y convertirlo en bellos retratos. No obstante, estamos aquí para advertirle sobre los riesgos que esto implica. Tecnologías de Inteligencia Artificial como Lensa AI utilizan sus fotos para crear avatares mágicos y aclaran que, al hacer uso de la herramienta, les da permiso a “usar, reproducir, modificar, adaptar, traducir, crear trabajos derivados y transferir”, ¿con qué intenciones? esa es la incógnita.
La IA generativa no es un doctor
Sumergir datos médicos sensibles en el mundo de la IA generativa es como soltar un susurro en medio de una multitud. La privacidad del historial clínico o un diagnóstico íntimo pasa de ser parte de una solicitud a convertirse en una vulnerabilidad.
La esencia de lo personal se mezcla con los algoritmos, ampliando el riesgo de que la confidencialidad sea perdida o encontrada por las manos equivocadas. A mayor privacidad, menor riesgo.
«Mis datos ya están en internet, qué más da?»
Existen individuos que sostienen la creencia de que si ya han compartido información delicada, como su dirección personal en internet, entonces cuál es el peligro. Digamos que no es lo mismo compartir su dirección en una app de domicilios que hacerlo en una IA generativa, y una de las muchas diferencias es la política de privacidad de cada herramienta.
Por otro lado, no podemos olvidar que la IA está presente incluso en plataformas de ciberseguridad. Un ejemplo es UEBA (User and Entity Behavior Analytics – análisis de comportamiento de usuarios y entidades), un sistema basado en IA y machine learning que genera alertas ante comportamientos anómalos en las organizaciones.
Por ende, para proteger su privacidad al usar las IA, se aconseja además de tener cuidado con los datos ingresados, revisar estas políticas con detenimiento, y si quiere llevar su seguridad al siguiente nivel puede sacar unos minutos para explorar las configuraciones de seguridad de las herramientas que elija y seguir sumergiéndose en la esfera digital con más comodidad.
