Una fuerza laboral diversa, equitativa e inclusiva ya no es simplemente una cuestión de ética o responsabilidad social corporativa. En realidad, se ha convertido en un tema crucial para la estrategia del negocio. Contar con un equipo inclusivo y diverso no solo fortalece los cimientos de la empresa, sino que también permite ofrecer productos y servicios más competitivos en el mercado. Según un estudio de Harvard Business Review, los equipos diversos tienen un 45% más de probabilidad de reportar un crecimiento en la participación de mercado. Por lo tanto, cada vez más stakeholders, incluidos empleados, clientes, consumidores y accionistas, están demandando a las empresas que se enfoquen en estos aspectos.
En el caso de Colombia, las empresas enfrentan desafíos únicos en la promoción de la diversidad e inclusión, como la informalidad laboral, el desempleo y la falta de acceso a la educación, así como un posible aumento de costos laborales debido a reformas gubernamentales propuestas. Sin embargo, empresas como Baker McKenzie están demostrando ingenio e innovación al implementar estrategias para superar estos obstáculos y crear entornos de trabajo más diversos, inclusivos y equitativos.
Para lograr un espacio de trabajo diverso, inclusivo y equitativo, las organizaciones pueden seguir estos pasos:
1. Definir valores y metas de diversidad, equidad e inclusión
Es fundamental que la organización establezca claramente cuáles son sus valores y metas en cuanto a diversidad, equidad e inclusión.
2. Diseñar e implementar una estrategia corporativa que incluya:
(i) Diversidad: fomentar la inclusión de grupos humanos diversos. (ii) Inclusión: promover la interacción entre todos los grupos con el objetivo de éxito de la empresa. (iii) Equidad: garantizar igualdad de oportunidades para todos los empleados, independientemente de sus diferencias.
3. Asignar presupuesto y recursos para la ejecución y seguimiento
Es necesario destinar recursos financieros y humanos para llevar a cabo la estrategia y medir los resultados obtenidos.
Para lograr un entorno laboral más diverso y equitativo, se pueden implementar acciones afirmativas en selección y reclutamiento, invertir en capacitación y educación para los empleados, establecer programas de mentoría y romper los «techos de cristal» para promover equipos directivos diversos, entre otras buenas prácticas.
Un ejemplo destacado es el de Baker McKenzie, que ha implementado una estrategia para promover la equidad de género en todos los niveles de la organización. La firma se ha comprometido a lograr una representación equitativa de mujeres en cargos directivos, reconociendo que la verdadera diversidad e inclusión requiere igualdad de oportunidades para todos los géneros. Actualmente, el 68% de los socios en la firma son mujeres, y la meta para el futuro es lograr una proporción equilibrada de asociados hombres, mujeres y no binarios para julio de 2025.
