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Inclusión financiera digital en Colombia: cómo cerrar la brecha y ampliar el acceso

Cuatro de cada diez colombianos aún están fuera del sistema financiero formal. ¿Puede la tecnología cambiar esta realidad?

En Colombia, ahorrar, invertir o solicitar un crédito sigue siendo un privilegio para muchos. Según el Índice de Inclusión Financiera 2024 de Credicorp, el 40 % de los colombianos no accede a servicios bancarios formales, lo que evidencia una brecha estructural que va más allá de la tecnología. Sin embargo, la digitalización financiera está emergiendo como una herramienta poderosa para democratizar el acceso a productos financieros y transformar la relación de los ciudadanos con el dinero.

Un celular, una oportunidad: el poder de la digitalización

Hoy, millones de colombianos pueden conectarse al sistema financiero desde su celular, sin sucursales, sin papeleos y sin depender de intermediarios informales. Este cambio no solo facilita pagos y transferencias, sino que habilita el acceso a crédito, ahorro e inversión en condiciones más dignas y seguras.

“La digitalización financiera no solo implica tecnología. Requiere crear condiciones para que más personas accedan y tomen decisiones informadas sobre su dinero”, afirma Catalina Morales, Gerente de Sostenibilidad – Vertical Social de Credicorp.

Lecciones de la región: el caso de Brasil

Desde el lanzamiento de PIX en 2020, más de 70 millones de brasileños han realizado pagos instantáneos sin costo ni intermediarios. El impacto fue claro: reducción del uso de efectivo, inclusión financiera en zonas rurales y nuevas oportunidades económicas. Pero también dejó una advertencia: la tecnología por sí sola no basta. La conectividad limitada, la baja alfabetización digital y la desconfianza siguen siendo barreras profundas.

Colombia avanza con Bre-B y soluciones inclusivas

En Colombia, el desarrollo de Bre-B apunta en una dirección similar: permitir transferencias inmediatas y gratuitas entre bancos y plataformas digitales. Pero el verdadero cambio está en lo que se habilita alrededor: acceso a productos financieros que antes eran inalcanzables para millones de personas.

Tres pilares para una inclusión financiera real

1. Educación financiera y digital

El acceso no garantiza el uso efectivo. Es clave enseñar a los usuarios cómo proteger su información, entender los términos de un crédito, identificar fraudes y tomar decisiones informadas sobre ahorro e inversión.

2. Crédito para segmentos excluidos

Entidades como Mibanco han comenzado a ofrecer microcréditos digitales a trabajadores informales, vendedores ambulantes y familias rurales. Estos productos se adaptan a la realidad de cada usuario y se gestionan de forma remota, rápida y segura.

3. Ahorro e inversión accesible

Plataformas como Tyba permiten invertir desde un dólar, automatizar el ahorro y fijar metas financieras desde el celular. Estas soluciones, antes exclusivas de segmentos bancarizados, ahora están disponibles para nuevos públicos.

Tecnología con propósito: el reto de diseñar para todos

Para que el ecosistema financiero digital funcione de forma inclusiva, es necesario ir más allá del desarrollo de plataformas. Se requiere:

  • Políticas públicas ambiciosas
  • Regulación que proteja al usuario
  • Servicios diseñados para quienes han estado históricamente excluidos

“Colombia tiene la oportunidad de aprender de modelos como el brasileño, pero también de ir más allá. La clave no está en replicar una herramienta, sino en construir un sistema financiero digital accesible, seguro y útil para todos”, concluye Morales.

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