ISO 37001 se consolida como herramienta clave para blindar organizaciones frente al soborno
La corrupción continúa siendo uno de los principales desafíos estructurales en América Latina y el Caribe, afectando directamente servicios esenciales como salud y educación. Según Transparencia Internacional, más de 90 millones de personas pagaron sobornos en 2017 para evitar sanciones o acceder a servicios públicos, reflejando la magnitud del problema.
En Colombia, la situación es crítica: el 91 % de los empresarios considera que el soborno se utiliza para obtener contratos, mientras que un porcentaje significativo lo percibe como práctica habitual para no perder negocios. Aunque el Código Penal contempla penas de prisión de cinco a ocho años, multas e inhabilidades, el reto sigue siendo la aplicación efectiva de la ley.
Impacto estructural: desigualdad y pérdida de confianza
La corrupción no solo vulnera derechos básicos, también:
- Profundiza la desigualdad social.
- Debilita la legitimidad de los gobiernos.
- Distorsiona la asignación de talento y capital, afectando el crecimiento económico.
Los sectores más golpeados son salud y educación, mientras que la policía y los políticos figuran entre las instituciones más percibidas como corruptas por la ciudadanía.
El sector privado tampoco está exento: un estudio de PwC revela que el 79 % de los casos de fraude corporativo investigados implicaron pagos ilícitos o servicios ficticios proporcionados por terceros.
Colombia avanza en la lucha contra el soborno transnacional
En el ámbito internacional, Colombia ha pasado de la categoría de “cumplimiento nulo” a “cumplimiento limitado” en la evaluación de la OCDE sobre lucha contra el soborno transnacional. Este avance se debe a reformas legislativas recientes y al fortalecimiento institucional.
Sin embargo, aún se requiere aumentar el número de sanciones ejemplarizantes para alcanzar niveles de implementación moderada o activa. Casos como Odebrecht reflejan la complejidad y alcance de la problemática.
ISO 37001: un marco integral contra el soborno
Ante este panorama, diversas organizaciones han adoptado el estándar ISO 37001, que establece los requisitos para un Sistema de Gestión Antisoborno capaz de prevenir, detectar y abordar estas conductas dentro de las operaciones y a lo largo de la cadena de valor.
Beneficios de su implementación:
- Protección de la reputación institucional.
- Fortalecimiento de la confianza de socios y clientes.
- Reducción de riesgos legales y financieros.
“El soborno erosiona la confianza y aumenta los riesgos financieros. ISO 37001 no es un trámite, es un compromiso ético y estratégico para construir entornos de negocio seguros y sostenibles”, afirmó William Vizcaíno, Director General de NYCE en Colombia.
Hacia entornos más transparentes y competitivos
Desde 2014, NYCE ha permitido que empresas colombianas y sudamericanas accedan a la certificación de mejores prácticas internacionales basadas en estándares ISO.
La lucha contra la corrupción exige acciones concertadas entre gobiernos, empresas y sociedad civil. Los sistemas de gestión antisoborno se consolidan como una pieza estratégica para avanzar hacia entornos más transparentes, competitivos y sostenibles.