Un nuevo riesgo para la confianza digital
La reciente circulación de videos falsos generados con inteligencia artificial para promover fraudes financieros en Colombia reavivó el debate sobre el impacto creciente de los deepfakes en la seguridad digital. El caso, que involucró a una reconocida marca y a un periodista ampliamente identificado por la opinión pública, evidencia cómo esta tecnología se utiliza para engañar a usuarios, consumidores e inversionistas, aprovechando la credibilidad de figuras reales para legitimar estafas cada vez más sofisticadas.
De curiosidad tecnológica a fraude masivo
Los deepfakes dejaron de ser una innovación experimental para convertirse en un mecanismo de fraude a gran escala. Gracias a los avances en inteligencia artificial generativa, hoy es posible crear videos y audios altamente realistas que replican gestos, movimientos, expresiones faciales y patrones de voz, haciendo que para el ojo y el oído humano resulte cada vez más difícil distinguir entre una persona real y una identidad sintética.
En este nuevo entorno, ver y oír ya no es garantía de autenticidad.
Cibercrimen en crecimiento en Colombia
El fenómeno se inscribe en un contexto global de aceleración de los ciberdelitos. En Colombia, según cifras de la Policía Nacional, en 2024 se registraron 74.829 denuncias por ciberdelitos, un aumento cercano al 20 % frente a 2023. Además, se contabilizaron más de 36.000 millones de intentos de ciberataques, posicionando al país como el segundo más golpeado de América Latina.
Los sectores más afectados son la banca, la salud y la energía, con pérdidas millonarias, costos operativos elevados y debilitamiento de la confianza de los usuarios.
Tecnologías avanzadas contra la suplantación
“Los deepfakes dejaron de ser un experimento tecnológico y hoy son una herramienta de fraude a gran escala. Cuando la identidad puede falsificarse con este nivel de realismo, la confianza digital se rompe”, afirmó Ricardo Amper, fundador y CEO de Incode.
Para enfrentar esta amenaza, Incode desarrolló Deepsight, una tecnología de defensa avanzada contra deepfakes que permite identificar suplantaciones mediante el análisis simultáneo de video, movimiento, comportamiento del usuario y la integridad del dispositivo.
Evaluada por la Universidad de Purdue (EE. UU.), Deepsight alcanzó la mayor precisión y la menor tasa de falsos positivos entre las herramientas comerciales analizadas, consolidándose como una solución de referencia en la detección de identidades sintéticas.
Preservar la confianza en la era digital
En un entorno donde los sistemas digitales procesan transacciones, verifican identidades y toman decisiones de forma automática, la capacidad de distinguir entre una persona real y una falsificación generada por IA se ha convertido en un requisito crítico.
“La inteligencia artificial va a seguir transformando la manera en que vivimos y trabajamos, pero esa transformación solo será sostenible si preservamos la confianza. Defender la identidad es defender la realidad misma en el mundo digital”, agregó Amper.
Seguridad proactiva como prioridad empresarial
La coyuntura actual deja un mensaje claro para empresas e instituciones: la seguridad digital ya no puede ser reactiva. Frente a amenazas impulsadas por inteligencia artificial, adoptar defensas tecnológicas avanzadas como Deepsight es clave para proteger a los usuarios, salvaguardar la reputación corporativa y mantener la confianza en las interacciones digitales.