Un ingreso clave en un entorno desafiante
La prima de diciembre representa para millones de trabajadores colombianos un alivio económico fundamental. Según el DANE, cerca de 10,5 millones de empleados formales recibirán este pago antes del 20 de diciembre, convirtiéndose en la última oportunidad del año para ordenar las cuentas.
El contexto exige decisiones inteligentes: la inflación se mantiene cercana al 5 %, mientras los créditos de consumo registran tasas alrededor del 25 % efectivo anual, de acuerdo con la Superintendencia Financiera. A esto se suman los incrementos de enero en matrículas escolares, transporte, peajes y arriendos. En este escenario, la prima deja de ser un “extra” y se convierte en una herramienta estratégica para iniciar 2026 con el bolsillo bajo control.
1. Priorizar el pago de deudas
La recomendación más sólida es destinar la prima a reducir obligaciones financieras, especialmente tarjetas de crédito.
Dejar de pagar intereses cercanos al 25 % anual equivale a un ahorro automático de más de $250.000 por cada millón de deuda.
Aliviar pasivos libera flujo de caja en un inicio de año marcado por mayores gastos fijos.
“Destinar este dinero a bajar deudas sigue siendo la mejor inversión posible”, afirma Claudia Ximena Flórez, docente de la Universidad de San Buenaventura.
2. Evitar gastos impulsivos
Cada diciembre, gran parte de la prima se diluye en compras inmediatas o compromisos no planificados. El problema no es gastar, sino hacerlo sin medir consecuencias. Un error en estas semanas puede arrastrarse durante todo el primer trimestre.
3. Invertir con criterio según el perfil de riesgo
Solo cuando las deudas están bajo control, la prima puede convertirse en una herramienta de inversión:
Perfiles conservadores: CDT de corto plazo (tasas entre 8 % y 11 % EA) o fondos de inversión colectiva de renta fija.
Perfiles moderados o arriesgados: renta variable en mercados locales o internacionales, siempre con montos limitados y visión de largo plazo.
Opciones complementarias: fondos de pensión voluntaria o cuentas AFC, útiles para quienes buscan beneficios tributarios y ahorro estructurado.
4. Planear gastos futuros inevitables
La prima también puede destinarse a cubrir compromisos de inicio de año: matrículas escolares, seguros, transporte o arriendos. Anticipar estos pagos evita recurrir a crédito costoso y reduce la presión financiera en enero.
5. Construir un fondo de emergencia
Destinar una parte de la prima a un fondo de ahorro de fácil acceso es una estrategia clave para enfrentar imprevistos sin recurrir a endeudamiento.
Más que un ingreso, una decisión estratégica
La prima de diciembre no es un premio ni un dinero para improvisar. Es una decisión financiera de cierre de año que impacta directamente el primer trimestre de 2026.
En un entorno de inflación persistente y crédito caro, no equivocarse vale tanto como buscar rentabilidad. Usarla con criterio no garantiza riqueza, pero sí algo fundamental: empezar el nuevo año con tranquilidad y el bolsillo bajo control.