Colombia enfrenta una situación crítica debido a la escasez de combustible Jet A1, esencial para la operación de aviones, lo que ha causado la cancelación de vuelos en diversas regiones del país. La crisis comenzó el 16 de agosto de 2024, cuando una falla eléctrica en la Refinería de Cartagena, operada por Ecopetrol, interrumpió la producción de combustible. Esto provocó que aeropuertos clave, como los de Leticia, Montería y Bucaramanga, agotaran sus reservas, mientras que otros, como Bogotá, Medellín y Barranquilla, están cerca de enfrentar una situación similar.
Esta escasez ha afectado gravemente a aerolíneas como LATAM y Avianca, que han tenido que cancelar o reprogramar numerosos vuelos, generando un impacto significativo en los viajeros y en la conectividad aérea del país. La situación ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura de suministro de combustible en Colombia, subrayando la necesidad de fortalecerla para prevenir futuras crisis.
Ecopetrol ha respondido con un plan de contingencia que incluye la importación de 100,000 barriles de Jet A1 para mitigar los efectos, pero se espera que la recuperación total del suministro tome varias semanas.
Este suceso no solo ha trastornado la logística de transporte en Colombia, sino que también ha revelado las debilidades del país en términos de dependencia de una única fuente de abastecimiento, lo que plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de su infraestructura energética