Con el objetivo de promover un equilibrio entre la vida personal y laboral de los colombianos, a partir del 16 de julio entra en vigor la nueva reducción de la jornada laboral en Colombia, la cual pasará de 47 a 46 horas semanales. Si bien esta medida trae consigo múltiples beneficios para los trabajadores, también plantea desafíos para las empresas del país.
Industrias como el comercio, turismo, salud y restaurantes, que operan de manera continua o experimentan fluctuaciones estacionales, deberán evaluar y adaptarse efectivamente a estos cambios para mantener la calidad de sus servicios.
Según Juan Mauricio Joya, gerente Senior de Servicios Legales de KPMG, es fundamental que las empresas se capaciten, ajusten sus procedimientos internos y diseñen estrategias para implementar esta reducción de jornada de manera eficiente, asegurando la productividad y cumpliendo con lo dispuesto en la Ley 2101 de 2021.
Para superar los desafíos iniciales y aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva normativa, las compañías deben realizar una planificación minuciosa, emplear tecnología en sus procesos operativos y administrativos, así como optimizar la gestión de turnos y horarios.
A pesar de los retos que enfrentan las empresas, la reducción de la jornada laboral promete beneficios significativos en términos de bienestar y calidad de vida para los empleados, así como un aumento en la productividad y eficiencia en los servicios prestados.
