La tecnología ha adquirido un papel central en el sector bancario, convirtiéndose en un factor crucial para la fidelización de clientes y la rentabilidad de las instituciones financieras. En la actualidad, los usuarios no sólo buscan servicios financieros, sino que también desean experiencias personalizadas que se alineen con sus intereses y necesidades específicas. Este cambio en las expectativas ha llevado a los bancos a adaptar sus estrategias hacia la digitalización, impulsados por los avances tecnológicos y la aparición de nuevos competidores en el mercado.
Un estudio realizado por Forrester Consulting en colaboración con Veritran señala que la inversión en tecnología puede generar retornos significativos; se reporta una recuperación del 373% de la inversión inicial en un periodo de tres años, además de mejorar la seguridad y las capacidades internas de las instituciones. Estos resultados destacan la importancia de adoptar soluciones tecnológicas altamente efectivas.
La tecnología no solo contribuye a la rentabilidad, sino también a mejorar la relación con los clientes, facilitando la creación de productos y servicios que fomentan un mayor engagement. Según Daniel Aguilar Arias, VP de Desarrollo de Negocios de Veritran para LATAM, los procesos de onboarding eficientes, las experiencias de pago rápidas y seguras, así como la implementación de medidas de seguridad como la biometría, son ejemplos de cómo la digitalización puede transformar la experiencia del usuario.
A medida que la competitividad en el sector bancario se intensifica, la necesidad de desarrollar aplicaciones y soluciones innovadoras se vuelve aún más apremiante. Aquí es donde la asociación con empresas especializadas en tecnología se convierte en un activo invaluable para los bancos, permitiéndoles enfocarse en su core business mientras dejan el desarrollo tecnológico en manos de expertos.
El avance hacia un modelo de Open Finance representa una nueva frontera para la banca. En este contexto, las entidades financieras deben estar preparadas para operar en un entorno digital donde la integración y la actualización de datos en tiempo real son prioritarias. Este modelo no solo aumenta la competitividad en el sector, sino que también mejora la experiencia del usuario al permitirle compartir su información financiera con diferentes instituciones, facilitando la personalización de ofertas y condiciones.
A medida que la banca abierta gana terreno, es esencial que los bancos colombianos trabajen con expertos en tecnología para liderar la innovación y adaptarse a un mercado cada vez más digitalizado. Al hacerlo, no solo potenciarán su rentabilidad a largo plazo, sino que también estarán mejor equipados para satisfacer la creciente demanda de personalización de sus clientes.
La integración de la tecnología en el servicio bancario no es solo una opción, sino una necesidad estratégica para asegurar la relevancia y éxito en un paisaje financiero cada vez más competitivo. La clave está en adoptar un enfoque colaborativo, trabajando con proveedores de tecnología que comprendan el contexto del sector y sean capaces de ofrecer soluciones adecuadas para las instituciones financieras del futuro.