La tasa de desocupación rural cae a su nivel más bajo en seis años
En marzo de 2025, el sector rural colombiano marcó un hito en generación de empleo, al registrar una tasa de desocupación del 7,1 %, la más baja para un mes de marzo desde 2019. Esta cifra refleja un crecimiento sostenido en el agro, impulsado por políticas públicas y la resiliencia del campo frente a los desafíos económicos.
4,9 millones de personas ocupadas en el campo colombiano
Según datos oficiales, 4,9 millones de personas estuvieron ocupadas en el sector rural durante marzo, lo que representa un aumento de 120.000 empleos (+2,5 %) frente al mismo periodo de 2024. Esta es la cifra más alta registrada para un mes de marzo desde que se tienen datos comparables (2001).
Agricultura y pesca impulsan la ocupación con un crecimiento del 11,5 %
El segmento de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca fue el principal motor de este crecimiento, generando empleo para 3,7 millones de personas, un aumento de 381.000 trabajadores (+11,5 %) respecto al año anterior.
Segunda actividad económica con mayor ocupación en Colombia
Gracias a este repunte, el agro se posiciona como la segunda actividad económica con mayor número de trabajadores en el país, con una participación del 15,5 % en el total de la población ocupada.
Un campo fuerte, competitivo y generador de oportunidades
Dora Inés Rey, directora de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), destacó la importancia estratégica de este avance:
“El notable aumento en la ocupación rural demuestra el papel fundamental que la agricultura y el campo juegan en el desarrollo económico y social de Colombia. Estos resultados son prueba de que, a través del trabajo conjunto y la implementación de políticas eficaces, seguimos fortaleciendo el empleo y la competitividad de nuestros productores”.
El campo colombiano se consolida como motor económico
Este crecimiento no solo representa más empleos y reducción del desempleo, sino que también fortalece la seguridad alimentaria, impulsa la economía regional y genera impacto positivo en las zonas rurales. Colombia avanza hacia un modelo de desarrollo más inclusivo, donde el agro vuelve a ocupar un rol central.