La corrupción en las pymes de Colombia aumenta 15% en solo seis meses | Latinpyme
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La corrupción en las pymes de Colombia aumenta 15% en solo seis meses

Según el más reciente informe Global de Fraude y Riesgo elaborado por la consultora Kroll, Colombia se ha consolidado como el tercer país de Latinoamérica con mayor corrupción empresarial. Este preocupante hallazgo resalta la necesidad urgente de implementar programas de prevención de la corrupción en el entorno corporativo del país.

De acuerdo con el reporte de Kroll, siete de cada diez compañías han abierto investigaciones internas en los últimos tres años por conductas relacionadas con el fraude, soborno y lavado de activos. Las cifras oficiales de Transparencia por Colombia indican que estos hechos crecieron un 15 % en el primer semestre de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Sectores más afectados por la corrupción

Los sectores más comprometidos con estas malas prácticas incluyen transporte, ocio y turismo, entidades financieras y telecomunicaciones

Tipos de corrupción en empresas grandes y pymes

Las grandes empresas enfrentan casos de corrupción que frecuentemente implican pagos para agilizar trámites, manipulación en contratación (pública y privada) y donaciones políticas. Por otro lado, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) suelen lidiar con la evasión de impuestos y fraudes internos.

Estrategias para combatir la corrupción

Frente a este escenario alarmante, muchas compañías están endureciendo sus controles financieros. Sus departamentos comerciales y de compras están adoptando un enfoque más estricto en las negociaciones, especialmente con proveedores y clientes. Sin embargo, aún existen vacíos que favorecen la corrupción, lo que pone en riesgo la operatividad y reputación de las organizaciones.

Ocho pasos para crear un programa de anticorrupción empresarial

Un programa efectivo contra la corrupción debe comprender un conjunto de políticas y procedimientos que aborden no solo los riesgos de soborno, sino también conductas que vayan en contra de la ética y la transparencia. Según Angélica Cañas, coordinadora de cumplimiento de Tusdatos.co, los pasos a seguir son:

1. Identificación de valores y principios corporativos: Antes de iniciar el desarrollo del programa, es fundamental identificar los valores y principios que rigen la compañía. Esto proporcionará un marco general para implementar prácticas de ética y transparencia.

2. Evaluación de riesgos de corrupción: Evalúe los riesgos de corrupción que puedan afectar la ética empresarial en la operativa económica y la cadena de valor.

3. Definición de procedimientos claros: Establezca procedimientos relacionados con donaciones, contribuciones políticas, conflictos de interés y regalos para mantener vínculos comerciales transparentes.

4. Alineación con normativas nacionales e internacionales: Asegúrese de que el Programa de Anticorrupción esté en línea con las normativas nacionales y tenga en cuenta los mejores estándares globales, como la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA).

5. Determinación de áreas y cargos responsables: Defina quiénes serán los responsables del programa, garantizando un enfoque colaborativo que involucre a todos los niveles de la organización.

6. Difusión transversal de políticas: El cumplimiento de las políticas debe extenderse a todas las contrapartes y ser divulgado al menos una vez al año.

7. Establecimiento de un marco sancionatorio: Defina un marco de sanciones que sirva como control para prevenir conductas contrarias a la ética empresarial.

8. Inversión en la efectividad del programa: Fortalezca el programa otorgándole autonomía e invirtiendo los recursos necesarios para garantizar que sea realmente operativo.

Un programa sólido contra la corrupción debe ser consistente, adaptable y accesible. Las empresas no deben dejar estas políticas en el olvido; deben implementarse activamente para promover una cultura institucional basada en la confianza y la transparencia, lo que repercutirá positivamente en la operación y reputación de las compañías colombianas.

Implementar estas estrategias no solo ayuda a mitigar riesgos, sino que también contribuye a construir un entorno empresarial más ético y responsable en Colombia.

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