El avance hacia el open banking está transformando el panorama financiero de Colombia. Sin embargo, esta evolución trae consigo una serie de desafíos cruciales para garantizar la privacidad, la seguridad de los datos y la confianza de los usuarios. Tamara Sánchez, analista legal de Cobis Topaz, detalla los principales retos que la banca colombiana enfrentará en este proceso.
Desafío normativo: Integración de leyes locales e internacionales
La Ley 1581 de 2012, conocida como Ley de Protección de Datos Personales, ha posicionado a Colombia como líder en regulación en América Latina. Sin embargo, la creciente globalización del open banking exige que los bancos colombianos no solo cumplan con esta normativa, sino que también se alineen con estándares internacionales, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea.
“En 2025, las legislaciones más estrictas en varios países pueden generar desafíos para las instituciones financieras que buscan operar a nivel global”, advierte Sánchez.
La clave estará en adaptar los marcos locales para facilitar el intercambio de datos con terceros autorizados, como fintechs, sin comprometer la privacidad de los usuarios.
Cumplimiento normativo interno: Un reto estructural
Además de cumplir con la normativa externa, los bancos deberán revisar y reforzar sus políticas internas de seguridad y protección de datos. Esto incluye la formación constante de colaboradores y proveedores para garantizar el manejo ético de la información.
“La capacitación periódica en temas de privacidad y seguridad será esencial para mitigar riesgos y fomentar la confianza entre los clientes”, señala Sánchez.
Educación al cliente: La confianza como pilar del open banking
La transición al open banking requiere educar a los usuarios sobre cómo compartir sus datos de manera segura y los beneficios que esto puede traer. También es vital que comprendan sus derechos, conocidos como derechos ARCO (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición), para ejercer un control efectivo sobre su información personal.
“A medida que los clientes entiendan el valor de sus datos y las medidas de seguridad implementadas por los bancos, la confianza crecerá, generando relaciones más sólidas y rentables”, destaca Sánchez.
Prácticas éticas y la importancia de un oficial de protección de datos
La implementación de estándares éticos en la gestión de datos no solo refuerza la seguridad, sino que también protege a las instituciones financieras contra posibles sanciones. La figura del oficial de protección de datos será esencial para garantizar el cumplimiento normativo en todas las áreas de la organización y con sus socios estratégicos.
“La banca debe establecer capacitaciones adaptadas a las necesidades de cada departamento, ya que los riesgos en el manejo de datos varían según las funciones internas”, recalca Sánchez.
Innovación tecnológica: La IA al servicio de la privacidad
La inteligencia artificial (IA) desempeñará un papel fundamental en la automatización de procesos y en la detección de fraudes. Para 2025, se espera que esta tecnología permita una protección más eficiente de los datos personales, complementada con programas de sensibilización y capacitación para minimizar los riesgos humanos asociados.
“La IA será una aliada clave para la gobernanza de datos, pero su éxito dependerá de la capacidad de las organizaciones para integrar regulaciones más estrictas en sus procesos”, concluye Sánchez.
El open banking en Colombia promete revolucionar la forma en que los bancos y fintechs interactúan con los clientes. Sin embargo, el éxito de este modelo dependerá de la capacidad de las instituciones financieras para adaptarse a las regulaciones, educar a los usuarios y garantizar prácticas éticas.
Con un enfoque sólido en la privacidad y la innovación tecnológica, la banca colombiana estará preparada para liderar esta transformación y generar valor sostenible para todas las partes interesadas.