En los últimos años, la realidad virtual inmersiva con integraciones hápticas han surgido como una tecnología innovadora que está remodelando la educación y la seguridad laboral en Colombia.
Así lo demuestra el proyecto educativo de Positiva Compañía de Seguros, el primero en el país de Educación 4.0, con el cual, se generan escenarios con simuladores de realidad virtual inmersiva con integraciones hápticas enfocadas a la capacitación, formación y entrenamiento kinestésico para directivos, responsables en seguridad social del trabajo y trabajadores.
Este proyecto que se ha utilizado en más de 400.000 organizaciones de 17 sectores económicos entre los 32 departamentos del país, desde San Andrés hasta el Amazonas, tiene un gran significado, no sólo porque mejora los índices de seguridad social en el trabajo a través de modelos educativos, sino por el impacto que genera al democratizar el acceso a las tecnologías en educación, pues trabaja con micro, pequeñas y medianas empresas colombianas.
“Positiva Compañía de Seguros empezó con este proyecto educativo desde el año 2012 cuando logró la certificación internacional de Price Waterhouse de un modelo propio de gestión de conocimiento aplicado en prevención de riesgos laborales. Desde entonces, cada año innovamos en este campo donde trabajamos a partir de cuatro grandes frentes: la capacitación, la formación, el entrenamiento, la inducción y reinducción que permiten aumentar las competencias tanto conceptuales como procedimentales y también actitudinales y del convivir”, señala el vicepresidente de la compañía Carlos Iván Heredia quien ha sido uno de los principales gestores de este tipo de proyectos.
Lo interesante de las tecnologías de realidad virtual inmersiva con integraciones hápticas es que crean entornos simulados que imitan escenarios del mundo real o inventan otros completamente nuevos. Al usar un visor de realidad virtual, los usuarios son transportados a estos entornos en donde se vive una experiencia de aprendizaje visceral y atractiva. Lo que promueve indicadores muy positivos en la educación, pues genera una mayor implicación y recordación en los usuarios.
Su interés en múltiples ámbitos ha sido tal, que según un informe de Precedence Research, una organización mundial de consultoría e investigación encontró que el tamaño del mercado mundial de tecnología inmersiva se valoró en US$22.500 millones en 2022 y se espera que alcance alrededor de US$167.750 millones en 2032, listo para crecer a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 22,3% de 2023 a 2032.
“Las tecnologías inmersivas ya ofrecen nuevos e interesantes modos de enseñanza y aprendizaje y tienen un enorme potencial para transformar la educación y la formación en una esfera mucho más amplia. Los primeros estudios académicos revelan que la realidad virtual puede mejorar diferentes resultados del aprendizaje, desde captar y retener conocimientos hasta la participación de los estudiantes”, señala Heredia.
Otras investigaciones también señalan que los beneficios del uso de los mismos en la educación son la adaptabilidad, las prácticas sin riesgos, el crecimiento de habilidades blandas, la lúdica, entre otras tantas cosas.
Así mismo, el directivo de Positiva Compañía de Seguros agrega que las tecnologías juegan un papel fundamental en la democratización de la educación, ya que le permite a pequeñas empresas de múltiples sectores tener acceso a un entrenamiento y un proceso de capacitación y formación mucho más pertinente, sin dejar de lado el hecho que optimiza sus recursos.
Por otro lado, esta aseguradora ha integrado a su estrategia educativa otras herramientas, y a la fecha, ya tiene más de 1.200 soluciones pedagógicas cargadas en la web y están llevando a cabo de forma recurrente acciones educativas presenciales, con congresos en los que han asistido más de 5000 trabajadores.
Es acertado decir que las tecnologías de realidad virtual inmersiva con integraciones hápticas permite a los trabajadores aprender mientras participan en simulacros de seguridad y escenarios de emergencia realistas que los están preparando para situaciones de la vida real sin exponerlos a riesgos, haciéndolos sentir el calor de un incendio, las vibraciones de maquinaria pesada o el impacto de los equipos de seguridad, creando así una experiencia de entrenamiento holística y memorable.