El cambio acelerado del mercado, la evolución tecnológica, las demandas cambiantes de los clientes y la volatilidad socioeconómica global luego de la pandemia por covid-19, ha llevado a las organizaciones a una revolución en la visión , en la forma en que se resuelven los problemas y en cómo se realiza el trabajo para mejorar las prácticas que lleven a un mayor impacto en los negocios.
Bajo esta perspectiva, las compañías están experimentando un cambio de paradigma en donde los proyectos ya no son adyacentes a las operaciones, sino la fuerza impulsora detrás de cómo se realiza el trabajo. Es por ello, que la dirección de proyectos ha tenido un crecimiento exponencial pues impulsa la disrupción, la agilidad, la innovación y la expansión, pero además tiene apertura a conformar equipos multidisciplinarios en donde a partir de los diferentes enfoques pueden generar valor financiero y social.
Project Management Institute (PMI) registra que las empresas que no aplican los principios y metodologías en dirección de proyectos tienen 50% más riesgo de fallar que aquellas que evalúan y otorgan a la dirección de proyectos un carácter prioritario.
Por esta razón, la demanda de conocimientos en dirección de proyectos va en aumento. En el mundo el 71% de las empresas se encuentran implementando esta figura por su planeación, organización, seguimiento, control, evaluación y gestión de equipos de trabajo, recursos y tareas para alcanzar una meta de negocios específica.
“En este escenario, las organizaciones de la región y del mundo están comprendiendo la importancia de contar con un agile mindset, de implementar dirección de proyectos y tener profesionales con habilidades y conocimiento en dicha área, en todos los niveles de la empresa. La combinación de ese enfoque, procesos y experiencia es esencial para prosperar ante los desafíos del mercado”, asegura Ricardo Triana, Director Ejecutivo de PMI Latinoamérica.
El nuevo ADN en las metodologías de trabajo
En los últimos años, se iniciaron unos movimientos novedosos en respuesta a diversos problemas que las metodologías organizacionales tradicionales no podían solventar. De esta manera, se identificó que los principales desafíos entre las organizaciones estaban relacionados con los plazos de entrega de proyectos y la agilidad para abordar cambios en las demandas. Estos retos, dieron apertura a la búsqueda de enfoques innovadores y a implementar metodologías disruptivas en respuesta a estos desafíos recurrentes en la ejecución de inversiones y proyectos.
Apostar por el «agile mindset» es una de las formas en que las organizaciones pueden tomar decisiones inteligentes, es la habilidad para anticiparse y responder a los cambios del mercado laboral, generando una ventaja competitiva mediante la transformación de forma tradicional de trabajo de cada área, además de desarrollar equipos más resistentes a los riesgos, a prueba de fallas y acelerar el ritmo del cambio.
Según 2020 Pulse de Project Management Institute, 1 de cada 4 proyectos se completaron utilizando Agile. Y durante los próximos cinco años, la mitad de las oficinas de dirección de proyectos (PMO) esperan aumentar el uso de Agile. Los líderes ahora saben que es simplemente una cuestión de cuándo y cómo adoptar Agile.
«A pesar de esta demanda, la realidad es que para que un cambio aterrice de verdad, no basta con identificar una metodología ágil y desplegarla», dice Triana. «Tiene que transformarse en una mentalidad que se utiliza e integra a diario, más forma parte del negocio y es parte de su ADN, porque si no, se pierde con el tiempo. De eso se trata el agile mindset».
La agilidad en Colombia
Entendiendo esta necesidad, en Colombia muchas organizaciones se encuentran aplicando agilidad a través de la dirección de proyectos, apoyado por diversas comunidades tales como PMI o Ágiles Colombia que promueven espacios de interacción para conocer y compartir diferentes enfoques de ejecución que ayuden a los profesionales y organizaciones a cumplir sus objetivos.
La colaboración entre PMI Latinoamérica y Ágiles Colombia durante la VII Jornadas Nacionales de Agilidad reviste una inmensa importancia, ya que trasciende la noción errónea de que la dirección de proyectos y la agilidad son ideas diametralmente opuestas cuando en realidad es todo lo contrario. No se puede ejecutar y dirigir proyectos que produzcan resultados sin tener una mentalidad ágil, sin saber cuál es el mejor enfoque a utilizar (predictivo, adaptativo o híbrido) o sin saber métodos ágiles.
En esta jornada se destacó que las organizaciones que apuestan por un «agile mindset»:
Pueden dar una alta visibilidad del progreso del proyecto, que permite identificar y resolver o supervisar los problemas en forma temprana.
Generan una participación continua del cliente a lo largo del ciclo de desarrollo del proyecto.
Adaptan las necesidades cambiantes del negocio, lo que da una mayor influencia sobre los cambios de requerimientos.
Tienen menos derroches en el producto y en el proceso.
“Más allá de adaptar una mentalidad ágil, las organizaciones latinoamericanas, deben reclutar, desarrollar y retener líderes en proyectos con las habilidades y conocimientos adecuados para alcanzar una transformación organizacional de forma efectiva. Al proporcionar formación, mejores prácticas, herramientas eficaces y oportunidades para establecer contactos, demostramos nuestro compromiso como PMI de ayudar a las organizaci