Ser accionista o socio de una compañía conlleva responsabilidades que van más allá de invertir capital. Comprender el tipo de empresa y el rol que se desempeña es fundamental para actuar de manera responsable.
Conociendo el tipo de empresa
El primer paso es identificar el tipo de empresa. En las empresas familiares, la dinámica puede variar si se pertenece a la familia propietaria o no. Los lazos personales pueden influir en las decisiones, por lo que es esencial establecer acuerdos claros con los demás miembros para evitar conflictos.
En las empresas privadas cerradas, donde no se cotiza en bolsa, los accionistas suelen asumir roles más definidos, que deben estar formalizados en acuerdos para mantener relaciones armoniosas. Por último, en las empresas privadas abiertas, los accionistas deben actuar bajo un marco normativo más estructurado, dependiendo del tipo de acciones que posean.
Responsabilidades legales y estatutarias
Conocer la normativa aplicable es indispensable. En Colombia, por ejemplo, la Ley 222 de 1995 establece obligaciones específicas para distintos tipos de sociedades. Ser socio de una sociedad limitada implica más responsabilidades que ser accionista de una SAS. Además, ciertos sectores, como la seguridad privada, imponen requisitos adicionales.
Por ello, es crucial leer los estatutos de la empresa y consultar la legislación pertinente en cada país. Contar con asesoría legal puede facilitar la comprensión de las obligaciones y derechos.
El camino hacia la participación
El modo en que se llega a ser accionista también define el enfoque del rol. Esto puede darse de tres formas: comprando, creando o heredando.
Compra: Si adquieres acciones, es probable que busques rentabilidad o contribuir al desarrollo del negocio. En empresas familiares, esto exige acuerdos explícitos con los demás miembros para evitar conflictos. En empresas privadas cerradas, se debe formalizar la relación mediante acuerdos que definan expectativas y roles. En empresas abiertas, el marco normativo y los estatutos suelen ser suficientes para guiar el desempeño.
Creación: Cuando formas parte del equipo fundador, las responsabilidades tienden a ser mayores. El compromiso con el desarrollo estratégico es clave.
Herencia: En este caso, la prioridad es comprender los acuerdos existentes y respetar las decisiones previas, integrándose al equipo de manera transparente.
Habilidades para ser un accionista responsable
Además de conocimientos técnicos, el accionista responsable debe contar con habilidades interpersonales. La comunicación efectiva con otros socios, el manejo adecuado de conflictos y la capacidad de tomar decisiones informadas son esenciales.
Consultar con expertos y mantenerse actualizado en legislación y gestión empresarial son pasos fundamentales.
Ser un accionista responsable implica ir más allá del aporte de capital. Requiere comprensión del entorno normativo, compromiso con los valores de la empresa y disposición para trabajar en equipo. Solo así se garantiza no solo el éxito del negocio, sino también la sostenibilidad de las relaciones entre los socios.
Contenido elaborado por Family Firm Consulting