20 empresas, incluyendo Chevron, Exxon, BP, Shell, Saudi Aramco y Gazprom, son responsables del 35% de las emisiones globales de dióxido de carbono y metano en actividades energéticas, según el Climate Accountability Institute de EE.UU., equivalente a 480.000 millones de toneladas de CO2e.
La lucha por la sostenibilidad enfrenta desafíos significativos, y a pesar de los esfuerzos, las emisiones globales de CO₂ alcanzaron un máximo histórico en 2022, llegando a 40.600 millones de toneladas, según datos del Global Carbon Project. Esta cifra plantea preocupaciones sobre la viabilidad de lograr el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C para finales de siglo.
En un esfuerzo concertado por abordar la urgente problemática del cambio climático, la industria ha emprendido diversas acciones para contribuir significativamente a la disminución de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Desde la implementación de tecnologías más limpias y eficientes en sus procesos de producción hasta la adopción de energías renovables, numerosas empresas están redefiniendo sus prácticas comerciales para alinearse con objetivos ambientales ambiciosos.
En este contexto de transformación ambiental, la medición de la Huella de Carbono se presenta como una herramienta innovadora y fundamental para las empresas que están apostándole a generar un impacto medioambiental, ya que les permite cuantificar sus emisiones de gases de efecto invernadero en todas las etapas de su cadena de valor, incluyendo también los eventos que realizan.
Frente al desconocimiento de muchas empresas colombianas sobre el uso y aplicación de esta herramienta, ACDesarrollo, reconocida organización de triple-impacto que conecta empresas y comunidades, dentro de sus estrategias de sostenibilidad, creó Acción Cero, una iniciativa que busca realizar un análisis de las emisiones asociadas a la huella de carbono para eventos, organizaciones y productos de diferentes compañías con el objetivo de promover un impacto positivo en el medioambiente.
Natalia Yepes, profesional de sostenibilidad en esta organización, cuenta que uno de los primeros eventos en los que participaron con esta propuesta fue “Diálogos Sostenibles: un espacio para la construcción de confianza y relacionamiento”
“Se utilizaron diversas variables, como transporte aéreo, terrestre y urbano, consumo energético, generación de residuos y consumo de alimentos, para calcular la huella de carbono. En colaboración con comunidades afrocolombianas, se sembraron 210 árboles como acción de compensación, contribuyendo a reducir la huella de carbono del evento.”, destaca Yepes.
Cabe señalar, que la reducción de la huella de carbono no solo es una responsabilidad ambiental; sino que también se traduce en beneficios económicos y reputacionales para las empresas. La eficiencia operativa, la innovación en procesos y la adopción de tecnologías limpias son algunos de los caminos que las compañías pueden seguir para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones y contribuir a los compromisos globales.
La participación del sector privado es crucial para alcanzar los objetivos climáticos internacionales. Adoptar medidas para medir y reducir la Huella de Carbono, con el respaldo de expertos, no solo ayuda a las empresas a cumplir con estándares de sostenibilidad, sino que también demuestra un compromiso auténtico con la mitigación del cambio climático.
El crecimiento de las estrategias sostenibles en empresas latinoamericanas destaca un cambio significativo en la relación empresa-ambiente. La medición de la huella de carbono es crucial no solo para evaluar el impacto actual, sino también como base para futuros proyectos.
